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Rabia paresiante en Misiones: advierten sobre brotes activos y llaman a notificar de inmediato al Senasa

Alejandro Torqueden Stevenson, miembro del Senasa y del laboratorio de rabia de Candelaria, explicó los riesgos de esta enfermedad viral mortal que afecta a bovinos, equinos y cerdos...

Banner publicitario(elterritorio.com.ar) Alejandro Torqueden Stevenson, miembro del Senasa y del laboratorio de rabia de Candelaria, explicó los riesgos de esta enfermedad viral mortal que afecta a bovinos, equinos y cerdos, y que puede transmitirse a humanos.

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En un contexto de alerta sanitaria en la provincia de Misiones, se confirmaron nuevos brotes de rabia paresiante en zonas rurales como Puerto Rico, Cuñá Pirú, Roca Chica y Garruapé. Esta enfermedad, altamente mortal tanto para animales como para humanos, vuelve a poner en foco la importancia de la vigilancia epidemiológica, la notificación oportuna y el rol clave del Senasa.

Alejandro Torqueden Stevenson, referente del Senasa y miembro del laboratorio de rabia de Candelaria, brindó detalles en diálogo con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7 sobre el alcance de la enfermedad, las vías de contagio y los pasos que deben seguir productores y vecinos al detectar síntomas.

                                                           

“La rabia paresiante, como su nombre lo indica, produce una parálisis. El animal deja de caminar, se acuesta, pedalea, y a los tres o cuatro días muere”, explicó Stevenson. El virus es transmitido por el vampiro común (Desmodus rotundus), un murciélago hematófago que se alimenta de animales de gran porte como vacas, caballos y cerdos, pero que también puede contagiar a humanos.

“Es una zoonosis que no tiene cura. Por eso, si una persona tiene contacto con un animal infectado, lo primero que debe hacer es comenzar un plan de vacunación que levante anticuerpos y elimine el virus. No hay que perder tiempo”, advirtió.

Además, alertó sobre los peligros del contacto directo con animales con síntomas: “En la saliva de estos animales está el virus. Si intentamos ayudarles dándoles agua o alimento sin protección, nos exponemos al contagio”.

                          

Frente a estos riesgos, el funcionario remarcó la obligación de comunicar de inmediato cualquier sospecha a las autoridades sanitarias: “La notificación es obligatoria. Ya no usamos el término ‘denuncia’, porque suena a algo formal o judicial. Hoy, con un simple mensaje por celular, se puede avisar. Por ejemplo: ‘Tengo una vaca caída, ¿qué puede ser?’. Nosotros vamos, tomamos muestras y las llevamos al laboratorio”.

Uno de los datos más relevantes que compartió Stevenson es que la asistencia técnica no tiene ningún costo para el productor. “El análisis en laboratorio y los traslados están cubiertos por el Senasa. No hay motivo para no avisar. Además, los veterinarios estamos vacunados, por lo que podemos intervenir con seguridad”.

En cuanto al alcance de la enfermedad, aclaró que si bien es más común en animales grandes, “si un vampiro muerde a una persona o a un perro, también puede transmitirle la rabia”. Como recomendación final, instó a los trabajadores rurales a no descuidar su propia protección. “Muchas veces en el campo andamos a las corridas y no nos cuidamos. Pero es fundamental usar guantes, barbijos y gafas al atender animales enfermos. Muchas enfermedades de los animales también nos afectan a nosotros”.

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