
“Lo pateaban en la cabeza, le pisaban”: estremecedor testimonio en el juicio por el homicidio de Carlos Guirula
Abogados defensores pidieron que se incorporen nuevos informes socio ambientales. El debate se retomará el 4 de noviembre.

(elterritorio.com.ar) Así recordó una trabajadora del motel donde el albañil de 33 años fue arrestado en Posadas en 2014: se realiza el juicio por su homicidio y hay 6 policías acusados de tortura seguida de muerte. Abogados defensores pidieron que se incorporen nuevos informes socio ambientales. El debate se retomará el 4 de noviembre.

La quinta audiencia pública y oral por el homicidio de Carlos Guirula (33), trabajador de la construcción que fue detenido y fallecido el 19 de julio del 2014 en Posadas, se vio marcada por ausencias y debates sobre cómo seguirá el cronograma del juicio.
El cúmulo de pruebas y de personajes involucrados prevé que el debate se extienda hasta la segunda semana de noviembre. Por ello, tanto la parte acusadora como la defensa coincidieron en desestimar a al menos una veintena de testigos que habían sido citados inicialmente a brindar su versión de los hechos en el Tribunal Penal 2 del centro capitalino.

Desde el Ministerio Público Fiscal explicaron a El Territorio que la cantidad de testigos propuestos al comienzo del juicio respondía a la necesidad de saldar consultas y preguntas técnicas. Principalmente sobre las incautaciones de prendas de vestir, celulares y otros elementos que se secuestraron tanto a los seis policías acusados de tortura seguida de muerte -la oficial Lourdes Beatriz Tabárez y los suboficiales Ricardo Rafael Escobar, Carlos Alberto Zidorak, Carlos Alberto Da Silva, Lucas Saravia Allosa y Marcelo Servián-, como a la víctima.

Sin embargo, y con el paso de las audiencias, ya no se consideraron pertinentes o necesarias las declaraciones. El objetivo, resumieron, es no dilatar el proceso y que las escuchas y análisis se enfoquen en las testimoniales claves, que permitan arrojar luz al episodio trágico que ocurrió en el motel sobre las avenidas Santa Catalina y Andresito.
En paralelo, en la audiencia de este miércoles el defensor Federico Tilli, en representación del ex agente policial Fernando Saravia Allosa, solicitó que se realicen nuevos informes socioambientales al grupo de encartados. Todos ellos llegaron en libertad al debate que, después de 11 años, se expone en un juicio, con acusaciones cruzadas y declaraciones que coinciden en las golpizas y violencia que se ejerció sobre Guirula cuando fue detenido por presuntamente robar en un motel, en la madrugada fría del 19 de julio del 2014.

Mario Ramírez, defensor de Lourdes Tabárez, coincidió en el pedido de Tilli de que se incorporen informes socioambientales de los acusados.
La jornada del martes, por ejemplo, se extendió con las voces de ocho testigos -entre oculares y médicos policiales que intervinieron en la muerte de Guirula-. Las primeras en presentarse ante el Tribunal Penal Dos -presidido por Gregorio Busse y los jueces Fernando Verón y Miguel Mattos-, fueron Natalia y Andrea, dos trabajadoras sexuales contratadas por Guirula -aquella noche de julio- y dos amigos.

La primera de las mencionadas fue quien compartió algunas horas con la víctima en el motel posadeño y recalcó en más de una oportunidad que “el señor no tuvo nada conmigo, me pagó para tomar dos cervezas. Habló de temas personales, de su señora y de su hijo”. Al tiempo que señaló que “nunca se comportó agresivo”.
Recordó que, antes de retirarse del lugar, debían avisar sobre la consumición del mini bar y que Guirula intentó evadir el pago de una botella de whisky que había tomado esa noche. “En ese momento él negó: ‘Te voy a pagar, pero yo no consumí nada’, le decía a la mucama”.
Tras ese intercambio de palabras, la joven contó que se retiró del motel mientras que el albañil se pasó a la habitación contigua, donde permanecían dos de sus amigos con otra mujer. Natalia recordó: “Cuando salgo de ahí me voy a juntar con otra persona, iba a ingresar al hotel y se cierra el portón, entonces nos fuimos a otro. Cuando vuelvo estaba lleno de policías, pero Guirula ya no estaba”.
Norma, otra trabajadora sexual citada como testigo ocular, negó haber escuchado peleas o encontronazos en la habitación en la que estaba Guirula. Además, señaló tener poco contacto con el hombre aquella noche: “Yo cumplí mi turno y al chico no lo vi”.
Por otro lado, una mucama del motel, identificada como Andrea S., recordó a Guirula en estado de ebriedad y señaló que intentó robar consumición del lugar. Contó que, cuando se los intimó, “estas personas no querían pagar y se empezaron a poner violentos, y ahí estuvieron entre el conserje y el seguridad hablando para devolver la mercadería. Guirula se había ido hasta la consejería y se puso muy violento, empezó a golpear la puerta de vidrio: estaba sacado”.
Según declaró, Guirula “gritaba, amenazaba, golpeaba el vidrio” y fue ante esa situación que decidió llamar a la Policía. “Cuando llegó la Policía querían calmarlo, decirle que pague la mercadería. Lo sacaron de ahí y le empezaron a pegar”, precisó.
También reconoció que “en el intento de reducirlo, empezó el forcejeo y le pegaron”. Para la trabajadora hotelera, la detención de Guirula fue entre tres y cuatro agentes policiales, aunque no logró precisar la identidad de ninguno, salvo la de la oficial Lourdes Tabárez, una de las imputadas.
“Cuando el señor (Guirula) estaba boca abajo, lo pateaban en la cabeza, le pisaban… La señora policía. Se ve que le pateaban por todos lados porque el señor se quejaba y se movía”, ilustró Andrea.
La audiencia pública se retomará el próximo 4 de noviembre y se prevé que, al menos hasta el 13 de ese mes, se presenten otros 22 testigos. Varios de ellos, actualmente en servicio en la Policía de Misiones, todavía no fueron habidos o notificados.